jueves, 1 de septiembre de 2011

Si se puede!

A veces unas simples palabras te persiguen como un fantasma por días, noches, meses y finalmente destruyen la confianza que le puedes tener a alguien, te conviertes en quien no quieres ser: amargada, infeliz, mendigando amor.

Por qué seguir?, por qué permitir tanto? solo después de un tiempo admitirás que no solo se debe a estar enamorada, sino esa, tu cualidad innata, esa que te ha acompañado por tanto tiempo, esa de no dejar nada a medias, de luchar por tus sueños, metas e ideales...

Además cuando construyes tanto con alguien, cada noche al poner en una balanza lo que mereces ( ser feliz lejos de esa persona ), ésta se inclina más hacia la felicidad que habían soñado, es entonces, cuando tu felicidad queda debajo de la que supuestamente podrían alcanzar si siguen juntos.

Te ciegan tus miedos e inseguridades, te ciegan y te encierran en una dependencia de alguien de quien desde hace mucho dejas de ver como tu compañero y comienzas a ver como tu rival, como el enemigo que quiere destruir los sueños y anhelos que alguna vez habían construido contigo.

Al final solo basta una gota que revose la copa, que pase eso a lo que tu siempre juraste jamás perdonar, ese día sientes como tu entrega absoluta había perdido sentido, que no valió de nada amar con el alma, los huesos y todo tu ser, te sientes destrozada, humillada, indignada en lo más profundo de tu ser después de escuchar eso. Pero al final agradeces desde el fondo de tu corazón, fue lo único que abrió tus ojos a esa mentira que sola querías continuar contra viento y marea, esa de pretender que esa persona no tenía pasado, no tenía presente, no tenía futuro si no era junto a ti.

Ahora eres feliz, eres feliz sin él, aunque jamás pensaste decirlo eres feliz, recuperas a esa mujer entusiasta, enérgica, llena de vida que alguna vez el conoció, maduras y creces como persona en muchos aspectos de tu vida. Tienes amigos, familia, proyectos, metas por cumplir y lo más importante es que aprendes a amarte y respetarte.

Nada cambiará las cosas vividas… es parte de lo que Dios quiso que vivieras para poder tenerte hoy donde estas, no quieres guardar rencores, resentimientos o sentimientos de venganza, pero tampoco quieres abrir puertas que te hagan retroceder en el camino que has avanzado. No sabes que venga para tu vida o la suya pero esperas que las semillas que han sembrado les den buenos frutos, esos que tu ya has empezado a recibir...