Cuando empezamos a depender de algo o alguien se crea un
hilo invisible que nos mantiene en un estado de falsa seguridad basado en
conformismo y mediocridad, se nubla
nuestra visión e ideales, nos llenamos de imposibles y difícilmente asumimos un
reto que implique alejarnos de las cosas que hacemos, cuando ese algo
desaparece vienen llantos, recriminaciones, porqués pero luego de secadas las lágrimas
se vuelve a hacer visible el mar de oportunidades que presenta la vida y es
entonces cuando descubrimos que si se puede, que mientras respiremos siempre se
podrá ser alguien mejor…