jueves, 9 de agosto de 2012

Llegaste, llegamos...


Un día inesperado, en el momento menos adecuado
y el instante más equivoco, se dio la pregunta perfecta...
- ¿Te quieres quedar?
- Sonrió y con una tierna mirada asintió.

Aceptó sin dudarlo, sin dar lugar a peros,
bloqueando la entrada a prejuicios,
dejando de lado lo incongruente de aquella pregunta
y haciéndose total esclava de sus deseos.

Con ansias aflorando en cada palabra
dieron espacio a frases incongruentes que evidenciaban 
que más que hablar estaban allí para algo más 
y se fundieron entonces en un primer beso.

Empezaron a liberar sus pasiones guardadas 
desde aquella primera vez que cruzaron sus vidas
ese último encuentro en el que la timidez ganó la batalla
pero que hoy estaba siendo apartada por las ganas.

Caricias, roces, abrazos los llevaron a coincidir 
en el único lugar donde sobran explicaciones y argumentos
allí donde el lenguaje del amor se basta por si solo
para agraciar a quienes participan.

Fue tuya, fuiste suyo y por fin comprobaron que 
lo peor que podría haber pasado era que no pasara nada...

Memorias de madrugada