Ayer conocimos a John Jairo, tenía ojos café claro, mirada cansada y
tímida pero en su rostro se dibujaba un bosquejo de sonrisa que pedía a gritos
salir. Nos habló de su gran sueño, de cómo admiraba a Marlon Moreno, de cómo
desde siempre ha soñado con ser como él, dice que creció siguiendo sus novelas
y películas, que admira la manera como se expresa y sobretodo como desde lo que
es, ha podido transmitir al mundo emociones que llevar a llorar pero también a
sonreir.
John también nos contó algo de lo que ha sido su transitar en este
mundo, como cada dia se levanta con un nuevo reto por superar, desde que
murieron sus padres a los 5 años, ha sido un andar colmado de situaciones que
si bien para algunos pueden sonar trágicas, el hoy las cuenta como anécdotas,
como cuando él y sus hermanos escaparon de bienestar familiar, o cuando su
hermana murió en frente suyo producto de una bala perdida o su hermano estando
en la cárcel tuvo una sobredosis. Él solo asegura que hay un propósito y por
eso sigue vivo...
Quiere una familia, sueña con una mujer a quien pueda amar, hijos con
quienes pueda jugar y darles la orientación que requieran para abrirse camino,
crear oportunidades en lugar de buscarlas. Hoy tiene prisión domiciliaria, nos
dijo que se ha equivocado en decisiones y está asumiendo las consecuencias,
estuvo por algo más de nueve años en la cárcel y aún siente que nada se ha
perdido, asegura que se están abriendo puertas, por eso cuida carros, por eso
dia a dia trabaja para lograr reunir los $12.000 que le cobra el señor del
centro por permitirle dormir y decirle a las autoridades que él está en su casa
y le conserven la condición de “libertad”.
Al despedirnos John tomó una postura de sumisión, llevaba una camisa a
rayas y un jean un tanto desgastado, media algo más de 1.70 y no pesaba 60
kilos. no se atrevía a extender sus manos, aseguraba haber sudado todo el día,
estar sucio y de cierta manera no merecer nuestra despedida, pero anoche, luego
de conocer su historia y escuchar sus sueños, lo único que podíamos sentir por
él era ADMIRACIÓN, un profundo respeto y ganas infinitas de abrazarlo de
corazón y así lo hicimos.
No estoy segura si
volvamos a cruzarnos con él, ni tampoco si llegará a casarse y ser un actor
reconocido, aunque tengo fe de que así sea; lo que me queda de esa Diosidencia
de anoche es que cada vez es más evidenciable en mi vida eso de que “todo lo
que necesitas siempre ha estado en ti”, basta con volver a la fuente divina,
escuchar esa voz interior y seguirla; lo demás son solo situaciones, pasará,
todo pasará… pero tu para qué es lo que te mantendrá.