domingo, 25 de julio de 2010

Recordando

Qué extraño, por primera vez mi perro Rony no movió su cola al verme... es como si después de 6 años de hacerlo, decidiera que no debía ser tan amigable, en fin, solo es un hecho aislado y sin importancia. De camino a mi trabajo logré abordar el autobús luego de todas las personas, incluso de aquellas que estaban detrás de mí en la fila y por poco el conductor cierra antes de que pudiera subirme.

- Buenos días - dije al llegar... pero un profundo silencio se apoderó de la oficina, nadie osó a abandonar así fuera por unos segundos los ojos de su equipo para saludar. Decidí entonces dedicarme a mis labores sin preocuparme por el mal humor de todos, 8 horas muy productivas y por fin la hora de descansar. Al llegar a la casa mi padre estaba saliendo con Rony iría como de costumbre a llevarlo al parque para que hiciera sus necesidades, al cruzar la puerta de la entrada vi una enorme mancha sobre la alfombra nueva, me apresuré a limpiarla antes que mi madre pudiera pensar que mi perro era el causante pero fue entonces cuando recordé...

Ya nadie puede verme, ya nadie puede saludarme, ya nadie jamás podrá culparme por lo que haga Rony, anoche justo en aquella nueva alfombra mi hermana pisoteó mis anhelos de volver a ser lo que alguna vez fui - un humano - me pisó sin contemplación, acabó lo que era y quise llegar a ser y todo por el simple hecho de que un dia desperté siendo un poco diferente a ella...

Cuento basado en La Metamorfosis

1 comentario:

Jorge A Merino dijo...

Me encanta leerte ¿sabías? muy interesante esto...