miércoles, 3 de septiembre de 2008

Como esos de hadas...


Tu mirada fija sobre mi
tu mano tomando la mía
un camino corto pero justo
colmado de expectativas...

Al fin llegamos al lugar
aquél que nos aguardaba con recelo
en el que no había espacio para un tercero
y que sin alguno de nosotros estaría vacío...

A la llegada la gente se hizo nadie
comenzamos a sentirnos
tu respiración estaba un tanto agitada
y mi corazón a punto de estallar...

Decidiste mostrarme lo que había para nosotros
pude ver las más hermosas mariposas
escuchar cantar a algunos Ángeles enamorados
y sentí correr por mi cuerpo agua del más fresco manantial...

Luego volviste a estar frente a mi
tus brazos me sostenían fuerte y a la vez suave
de manera tan perfecta que con ellos me hiciste parte de ti
fue cuando descubrí que tu sonrisa era la voz de tu alma...

El final de aquellos minutos mágicos
trajo consigo el silencio y la verdad que habíamos dejado a un lado...
Me fui a mi silla, tú a la tuya
y volvimos a ser dos completos desconocidos en aquel baile

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustan los cuentos de hadas... "cada tarde cuento uno para mi alma... y siempre escucha atenta, ante cada señal responde con un suspiro... Se roba el aroma de las cosas y me dicta un -continúa- con una sensación de felicidad y satisfacción..."