Partiendo de la premisa que seremos felices cuando el mundo conspire a nuestro favor, revisando las percepciones de los libros que mencioné podría resumir estas cospiraciones de la siguiente manera: El primero diría algo como: "cuando tengamos pleno dominio de como se debe amar puedo hacerlo y por ende ser feliz mientras esto pasa", en el segundo sería "cuando sepa quien soy y lo que tengo podré usar esto a mi favor para lograr lo que quiero y evitar lo que no", mientras que el tercero (con una visión más optimista) invitaría a "piensa en lo que quieres, luego siente eso que piensas y finalmente obtenlo. Tú creas tus pensamientos, tus pensamientos crean tus ideas y tus ideas crean tu realidad".
Las fórmulas suenan tan reales, tan lógicas, tan fáciles... incluso cuando hablo acerca de ellas con amigas que están pasando momentos difíciles de desamor me veo tan inteligente, llena de sabiduría, hasta creo que me ven una aureola alrededor de mi cabeza mientras hablo con tanta propiedad de lo que se debe hacer para ser feliz; pero y yo? acaso importa que a pesar de haber aplicado las mil y una fórmulas aun siento que falta el centavo para el peso?
Siento que he madurado mucho, que he aprendido otro tanto, ya no soy aquella que veía el mundo rosa y pensaba que el príncipe azul traería una maleta cargada de días felices por los siglos de los siglos... Ya se que esos que son azules al principio se destiñen con la primera lavada y que si quiero ser feliz debo trabajar desde lo que soy, lo que me gusta y lo que disfruto sin esperar que los demás lo hagan por mí pero... como se sentiría de rico que en mis días "felices" me llamaras, me dijeras que te hago falta y sobretodo me digas con esa voz, esa voz que me encanta: puedes salir? estoy en tu puerta!!!!
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